> Miguel Garví, escritor

martes, 27 de junio de 2023

QUE HABLEN DE TÍ

 Hoy he tenido una de las mayores satisfacciones que he recibido en mi vida literaria. Y precisamente ha sido del «hijo literario» que mayores quebraderos de cabeza me ha procurado. Me estoy refiriendo a mi obra publicada hace unos años  con el título «Chinchilla y su Penal». Un libro que me llevó más de dos años escribirlo y que luego tuvo que soportar el desprecio, en principio, de la Diputación Provincial de Albacete por obra de D. Alberto González, en ese momento Diputado Provincial de Cultura y alcalde de Villarrobledo que no quiso publicar el libro, olía a franquismo y relegó el asunto al Instituto de Estudios Albacetenses, quién a su vez, tampoco, lo quiso publicar argumentando su entonces secretario técnico, Sr. Caulín que lo calificó como «folleto turístico de Chinchilla».
Sí que tengo que dar las gracias al que fuese vicepresidente de la Diputación Provincial de Albacete, D. Agustín Moreno, que enterado del asunto, autorizó la publicación de 200 ejemplares con destino a autoridades locales y provinciales, así como a las bibliotecas de la Provincia que quisiesen contar con un ejemplar entre sus fondos.
También, hubo otra persona que creyó en mi y trabajo y me ofreció la posibilidad de dar una conferencia en la Casa Perona, esta fue Dña. Angelines Martínez. Conferencia, que tengo que decirlo con toda humildad fue un éxito de público. 
He de retomar el comienzo de este artículo para decir que en un determinado momento se puso en contacto conmigo una persona muy conocida en el ambiente político y académico, a nivel nacional como lo es D. Carlos García Valdés, director general de Instituciones Penitenciarias entre los años 1978/1980, siendo su primer director en la democracia y hoy catedrático emérito de Derecho Penal de la Universidad de Alcalá de Henares. Quería conseguir un ejemplar del citado libro y no lo había podido hacer al estar agotado en librerías. Yo le pude conseguir un ejemplar por medio de una ONG de Albacete que disponía de varios ejemplares, donados por mí para sufragar, en parte, con su venta los gastos de sus campañas humanitarias. 
Hoy, como decía he recibido del Sr. García Valdés y en agradecimiento, un ejemplar de la «Revista de Estudios Penitenciarios», nº 264, que incluye un artículo titulado «Dos penales históricos: Valdenoceda y Chinchilla». 
De aquí en adelante os dejo una serie de comentarios que el Sr. García Valdés hace mi obra. 

Son ambos libros, el de los Cardero y el de Garví Sánchez, muy cuidados, en la forma y en el fondo, fáciles de leer, muy bien escritos, aunque su contenido no deja de estremecernos. Pero no puede olvidarse que lo que nos cuentan ha sido parte de nuestra historia penitenciaria, la peor, es cierto, pero cierta;excepcional y de emergencia lo narrado por el primero de los que hago mención (Valdenoceda), y centrado en su época, bastante extensa, el segundo (Chinchilla), que no era precisamente dedicado a una especial tarea humanista y reinsertadora de los internos.



El libro de Miguel Garví sobre el penal de Chinchilla es un primor de investigación metodológica y de texto coherente y magistral. Plagado de documentación pertinente y fotografías de la época, necesarias y buscadas con fruición en archivos, hemerotecas y particulares, la obra nos presenta una aportación que llena, de manera espléndida, un vacío clamoroso. Se trata de una monografía completa y cuidada, perfecta en su estructura y sistemática, imprescindible para conocer esta prisión central  que estuvo en discontinuo servicio en nuestro panorama penitenciario y cuyo mero nombre todavía sigue impresionando. Dividido en 9 apartados, que el autor no numera, con sustanciosos epígrafes, el primero, el más extenso, verdadera introducción de su devenir histórico a los restantes, se dedica a reproducir los ingentes documentos que procuraron la prisión, es decir todo lo referido a la negociación del pueblo manchego con el Ministerio de Gracia y Justicia y la Dirección General de Establecimientos Penales. Como los originales son ininteligibles, el autor los ha “puestos en limpio”, es decir ha elaborado, con enorme esfuerzo y dedicación, una transcripción detallada de los mismos, base de su comprensión. Los siguientes epígrafes entran de lleno en los estrictos aspectos penitenciarios del funcionamiento de Chinchilla. La arquitectura de la edificación, debido el proyecto al habitual y especializado arquitecto de Prisiones, Tomás Aranguren, y llevada a cabo por su hijo Celestino (Garví, págs. 56 y 57)12 o la descripción pormenorizada de los materiales utilizados, se recogen con toda precisión, así como su distribución interior. De esta manera nos enteramos, por ejemplo, que el centro no era celular, que las camas eran pocas y que en las brigadas se dormía en jergones de paja en el suelo (Garví, págs. 55 y 165). El cuerpo de guardia, a cargo de un destacamento militar, también se menciona (Garví, págs. 67 y sigs.). Soldados mandados por un capitán, su número se aproximaba a una compañía. Lo más significativo de este apartado es el número de internos fallecidos en esta prisión central. Garví Sánchez (págs. 73 y sigs.), con todo sentido, divide las cifras en sus dos etapas en servicio, la primera de 1901 hasta 1925, donde se contabilizan 223 muertos y la segunda, de 1930 a 1946, con 38 decesos (Garví, pág. 81). Algunos de los sucesivos capítulos son pura historia penitenciaria y de la buena, pues se dedican a contarnos las vicisitudes del penal, es decir su inauguración, su primer cierre, el fallido procurado por Victoria Kent y el definitivo, ya en la época franquista. Escritos oficiales y periodísticos se entremezclan y completan la exposición, a cada momento más sugestiva. Las deficiencias del centro se narran sin empacho, así como la vocación popular hacia su mantenimiento pues, no cabe duda, reactivaba la modesta economía de la deprimida zona. Las estadísticas también han de anotarse como algo ciertamente logrado en el gran libro de Garví Sánchez, elaboradas tras un trabajo de localización y sistematización ciertamente ímprobo. Lo que se echa en falta es la consulta de los archivos originales del penal. No ha podido acceder a ellos el autor, de lo que claramente se lamenta, pues, cuando se dirige a tal efecto a Instituciones Penitenciarias, por si estuvieran recopilados en la prisión de Albacete, se le contesta que no se ha encontrado esa documentación y, por ello, no es posible autorizar dicho acceso (Garví, págs. 160, 161 y 167). La búsqueda que se llevó a cabo en la biblioteca de la Secretaría General, en Madrid, sin duda más limitada, no le pareció bastante. Da igual. El libro de Miguel Garví nos presenta una investigación más que suficiente para lo que el lector pretendía alcanzar con su lectura: conocer en todas sus facetas el devenir de este señero establecimiento penitenciario de Chinchilla, emblema del castigo a la pena privativa de libertad en el pasado. Como el libro de los Cardero, el de Garví Sánchez no contiene listado bibliográfico alguno. De ahí, el subido mérito de ambos, construyendo las respectivas investigaciones partiendo de las propias, sin apoyo intelectual previo alguno. Ya he dicho al principio de estas líneas que lo inédito de estas obras ha de apuntarse entre sus muchos valores literarios e históricos.

Para los que estéis interesados en leer el artículo completo lo podéis hacer desde la página:  interior.gob.es,  revista de estudios penitenciarios, nº 264.


Ya lo dijo aquel: Nunca serás profeta en tu tierra.




jueves, 4 de mayo de 2023

AUDIO CADENA COPE

 Pulsando sobre el logo podréis acceder al audio del programa «mediodía COPE Albacete», del día 4 de mayo de 2023, de Miguel Yeste hablando sobre el Pasaje de Lodares.













jueves, 20 de abril de 2023

ENTREVISTA PRESENTACIÓN NOVELA «NO TENGAS NINGUNA DUDA»

 

Pulsando sobre la cubierta de la novela podréis ver la entrevista que me realizó VISION6 Albacete con motivo de la presentación de mi novela NO TENGAS NINGUNA DUDA








viernes, 17 de marzo de 2023

PRESENTACION DE «NO TENGAS NINGUNA DUDA»

 Queridos amigos y seguidores, os dejo un video con la presentación íntegra de la misma. 


Solo tenéis que pulsar sobre el icono y os llevará al video. Espero que os guste. 








jueves, 1 de diciembre de 2022

ENTREVISTA MIGUELITO EN EL PARQUE LINEAL

 Os dejo la entrevista que me ha realizado la cadena de televisión VISION 6, con motivo de la presentación de mi última obra, MIGUELITO EN EL PARQUE LINEAL. Un libro con el que podréis conocer de una forma sencilla la historia del parque Lineal, uno de los parques más importantes de Albacete, el más nuevo, pues se inauguró el 13 de septiembre de 1981, pero que encierra mucha historia en él, o por ser más exactos, el lugar que ocupa el parque. 


Como en ocasiones anteriores los beneficios por la venta de este libro van destinados a la Institución del Sagrado Corazón, más conocido como Cotolengo. 


Pinchado sobre la imagen podréis verla







viernes, 18 de noviembre de 2022

PRESENTACION: MIGUELITO EN EL PARQUE LINEAL

Ayer día  17 de noviembre de 2022 fue uno de esos días grandes en la vida de un escritor. La presentación de mi última obra, Miguelito en el parque Lineal. Con un salón de actos de la Biblioteca pública del Estado prácticamente lleno, cosa que agradece mucho cualquier autor, y acompañado de Salvador Jiménez Ibáñez, alcalde de Albacete en la década de los años 80 y la hermana Constancia, superiora de la orden que mantiene la institución del Sagrado Corazón, conocida popularmente en Albacete por Cotolengo, se desarrolló el acto cargado de experiencias y anécdotas por parte de Salvador y una tierna y sentida descripción de la situación del Cotolengo.

En los corrillos posteriores y la firma de ejemplares el publico asistente me transmitió la sensación de haberlo pasado bien y de aprender cosas que no conocían de este parque tan popular.

Gracias, de nuevo, a todos los asistentes por su presencia y la adquisición de ejemplares con destino al Cotolengo. 


Por último decir que el libro está a vuestra disposición en Librería Popular de Albacete.


Pincha en la imagen para ver el video







domingo, 13 de noviembre de 2022

POR TÍ, POR SIEMPRE

     

    Leyendo los deliciosos relatos de Antonio Magán, sobre el inspector Mustio, a uno se le llenan los ojos de recuerdos de esa época. Época, sin duda, trágica para Albacete, una ciudad que comenzaba a despertar en el progreso, que se aferraba al tren de la modernidad, a presumir del «Nueva York de la Mancha» que la nombrara Azorín. Una época que trajo demasiados quebraderos de cabeza a los miembros de la tranquila comisaría de policía de Albacete, situada en la calle de Calderón de la Barca a la espalda del Gobierno Civil. 

    Apenas contaba yo con 12 años cuando sucedió un hecho que puso a la ciudad «patas arriba». Una ciudad acostumbrada a que nunca pasase nada, que no estaba preparada para ver unos sucesos tan trágicos como la muerte de una joven pareja que había buscado la intimidad de la noche en el parque de la Fiesta del Árbol. Un asesinato tan brutal como lo son todos ellos. Sin venir a cuento y a cambio de nada. Un individuo les descerraja un tiro en la cabeza a cada uno los novios que allí se encontraban, en la placidez y el frío de un atardecer del mes de enero, solo para saber que se sentía al matar a una mujer. 

    Albacete no estaba acostumbrada a este tipo de sucesos, que serían a la postre el principio de una época demasiado convulsa, antesala de lo que tendría que venir con la llegada de la delincuencia de otras ciudad que venían a un poblachón manchego, donde se veía pasar el tiempo sin inmutarse. La época de los «quinquis» que tan fidedignamente plasmó José Antonio de la Loma en sus películas, los atracos a mano armada a las entidades bancarias a cara tapada o descubierta, tal era su atrevimiento. A sustraer unos miles de pesetas para pagar la heroína que comenzaba a hacer estragos entre las clases más bajas y que proyectaba una dependencia tan dura que era casi imposible salir de ella y menos sin la ayuda de los programas de desintoxicación del ministerio de Sanidad, que más tarde se pondrían en marcha. Atracos que trajeron mucho dolor a esta Ciudad. Un policía muerto y un empleado de una agencia urbana, dieron su vida a cambio de nada. Hasta el que hoy escribe esto, soportó el susto de una pistola contra el pecho, mientras un individuo se apoderaba de un escaso botín, tanto que tuvo que llevarse las monedas que había en la ventanilla, y tan poco profesional que dió una patada a una bolsa de plástico en el suelo que contenía la no despreciable cifra de 2 millones de pesetas, en la mañana de un sábado que prometía no entraría ningún cliente. Eran otros tiempos y otra forma de ver el negocio bancario por parte de los banqueros afincados en Madrid. Susto que se fue olvidando con el paso de los años. Mi vida en manos de un delincuente de poca monta que probó suerte en un pueblo en la mitad de la llanura manchega, a caballo entre Albacete y Madrid, un pistolero al que no detuvo la Guardia Civil, o al menos la justicia nunca me llamó a declarar en un juicio.

    Años más duros aún para los padres de unos niños secuestrados a cambio de un rescate que murieron a manos inmisericorde de su captor o secuestradores.

    Años en lo que la psicosis a salir de noche se apoderó de una ciudad que quería ser moderna. El descaro de unos delincuentes que no se conformaban con la noche, también a plena luz del día era el momento propicio para robar unas pocas pesetas y algún reloj, o la medalla de oro con su cadena que la mayoría de la población llevaba colgada a su cuello. Anillos en las manos de las señoras y hasta les venía bien las alianzas que portaban los casados. 

    Tiempos en el que la ciudad se desangraba en una hemorragia  que los policías de la comisaría intentaban taponar  con los escasos medios de que disponían. Ponían más corazón y pasión que eficacia, pues el número delincuentes les desbordaba. Llenaban los oscuros calabozos a diario, ponían a disposición de los jueces a estos, para al día siguiente volver a llenar los mismos calabozos. Los trámites administrativos ocupaban buena parte de las guardias de estos policías, tiempo que precisaban para detener a más delincuentes.

    Tiempos de agitación social y política provocados por un cambio de régimen y que requerían de la vigilancia de estos individuos por orden del gobernador civil de turno. Doblar guardias no era suficiente para cubrir todo este espectro y la amalgama de situaciones y delitos que se cometían a diario. Época en la que ser policía en una ciudad que pretendía ser moderna, no era la mejor profesión, pero allí estaban ellos, cumliendo con lo que les ordenaban y sin hacer preguntas, estas solo se las hacían a los delincuentes y casi nunca obtenían la respuesta correcta.