> Miguel Garví, escritor: LA ESPAÑA ACOMPLEJADA

domingo, 20 de diciembre de 2015

LA ESPAÑA ACOMPLEJADA



No es la primera vez que comienzo un artículo diciendo que España es un país acomplejado. Sí, es cierto, tenemos muchos y profundos complejos, que hasta el mejor psiquiatra no sabría resolver a corto plazo, y sin medidas traumáticas.
Uno de estos complejos y nadie me lo podrá negar, es la vergüenza que sentimos por lo español, por la identidad, pero con mayúsculas. No me vale la identidad facilona de los partidos de la selección de fútbol, la tan mal llamada "roja", después lanzaré un dardo sobre ella. Como decía no me vale ese patriotismo de unas horas o incluso de unos días, mientras dura el Europeo o el Mundial.
Busco y no encuentro esa sensación de sentirse orgulloso de lo que somos y representamos, de lo que hemos sido y con seguridad vamos a ser.
Cuando contemplo algunas películas americanas donde se ven casitas unifamiliares, con un pequeño jardín, y en él un mástil con la bandera de barras y estrellas, siento una envidia sana. No voy a entrar a juzgar como es el pueblo americano, seguro que habría adjetivos para todos los gustos, pero sí, de alguna manera, siento envidia de ver como sienten su bandera y su himno. 
Y hablo de los americanos, quizás, porque son los más cercanos a nosotros por las miles de películas que nos hemos tragado. Podría hablar de otros muchos países, algunos tan cercanos como Francia, Italia, Reino Unido...
¡Qué voy a decir al lector que no sepa! Pero ¿Por qué razón nos avergonzamos de nuestro himno, que lo silbamos? Es vergonzante ver como lo abuchean en las competiciones deportivas, cuando suena por exigencia de las federaciones internacionales, que por si por la nuestra fuera, nada de nada.
Ahora que hemos estado en campaña electoral, ¿se imagina el lector, que de repente, en medio de la oratoria del líder, sonara el himno de España? ¿Es Vd. capaz de imaginarlo? ¿Cómo sería la reacción de ese líder? ¿Y del público? y me da igual el partido político que se tratase. Quizás la cosa podría terminar en un serio altercado público.
¿Somos entonces apátridas? Ni tan siquiera somos eso, al menos seríamos algo. No nos sentimos representados por nuestro himno y nuestra bandera, tampoco por la Comunidad Autónoma, salvo excepciones que es mejor no comentar. ¿Podemos libremente lucir en la solapa un pin con la bandera de España? Seguro que alguien  nos dirá que somos unos fachas. ¿Unos fachas, por qué? ¿Entonces que nos está pasando? ¿Toda nuestra historia no vale para nada?
Cuando hablaba de las selecciones nacionales decía que lanzaría un dardo, no venenoso pero sí algo emponzoñado. ¿Es de recibo ver a unos "niñatos" abrazados mientras suena el himno nacional? No, por supuesto que no. La culpa no la tienen ellos, al menos no toda, pues las enseñanzas que han recibido no son, como diría, del todo correctas. La culpa la tienen las diferentes federaciones deportivas que son incapaces de corregir. El himno nacional se oye en posición de firmes, o, si queremos un poco relajados, pero con respeto, pero no abrazados como un grupo de amiguetes en el bar, el cachondeo luego, si es que se gana. Yo solo les pido una cosa, que piensen que ese momento representan a un País, y con mayúsculas, a todos y cada uno de los que aquí viven. Si la grada viese en esos "niños" otra actitud, quizás, ellos serían más respetuosos.
Toda esta explicación viene a cuento de los trágicos sucesos de París, donde murieron tantas personas inocentes. En ese mismo instante todas las redes sociales se llenaron de la famosa frase "Je suis Paris" y a mí que quieren que les diga, pues me pareció bien, muy bien incluso. Pero unos días más tarde España es golpeada por un grupo radical, me da igual quien fuese, la embajada de España en Kabul es territorio español, y allí murieron dos policías españoles. ¿Cuantas personas salieron a las redes sociales diciendo "Yo soy español" "yo soy policía". Pocas, muy pocas diría yo. ¡Ahí está el complejo!
Vamos a hacer un pequeño esfuerzo y sintámonos españoles, no por un día, si no por siempre, o al menos respetemos a aquellos que se sienten orgullosos de su bandera y su himno.

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