> Miguel Garví, escritor: HOY ENTREVISTA CON, JOSÉ ANTONIO FIDEU

lunes, 12 de diciembre de 2016

HOY ENTREVISTA CON, JOSÉ ANTONIO FIDEU


José Antonio Fideu, el autor
Escritor albaceteño nacido en 1972, maestro de profesión, tuvo claro desde niño que quería ser artista. Hizo sus primeros acercamientos al arte de contar historias a través del cómic, dibujando y escribiendo sus propios guiones, y continuó luego limitándose a escribir.
Ha publicado historias. Dibujado donde le han requerido, y hasta en un periódico de Albacete. También ha escrito guiones y publicado dos novelas: “Núbilus” y “Los últimos años de la magia”
Preparando esta entrevista he visto muchos de sus dibujos y me parecen fantásticos.
En el año 2016 ganó el prestigioso premio Minotauro, con su última novela, “Los últimos años de la magia”.
Entre clases, dibujos y escritura, ha tenido la gentileza de hacernos un hueco para contestar a unas preguntas y con sus respuestas acercase más a sus lectores.



¿Dónde vas a buscar tus historias, donde te inspiras?
Bueno, no lo sé. Cuando estoy en ese periodo de tiempo entre historia e historia mi cabeza es una especie de batidora que no deja de mezclar ideas. Soy muy aficionado a mirar, a observar la vida: me gusta ver a la gente pasar y juego a imaginarme sus biografías, sus vivencias. Además, procuro estar muy atento a las noticias, a todo lo que me cuentan… Y todo eso lo junto con aquellas cosas que me gustan, libros, cine, música, cómics… Y el resultado suele ser siempre un cuento de fantasía pero con raíces que se hunden en los sentimientos y vivencias de las personas. Me encanta el género fantástico en general y es ahí donde suelo encontrar las claves para una nueva historia, sobre todo en lo más clásico. Me gustan mucho, por ejemplo, los cuentos de hadas…


¿Cómo y dónde se deben de leer tus libros?
Espero que puedan leerse en cualquier parte. En realidad, pienso en mis libros como si fueran refugios acogedores donde cualquier soñador puede encontrar asilo. Intento que lo que escribo se convierta en un viaje agradable para el lector, en una aventura capaz de transportarte a un lugar y un tiempo mejores. Espero que mis novelas puedan ofrecer eso, hasta en las peores situaciones. Sería una gran alegría para mí, escuchar de labios de cualquiera que leyera un libro mío, decir que al hacerlo ha podido escapar, aunque fuera por un momento, de una realidad más o menos desagradable. Sin embargo, si un genio me ofreciera la posibilidad de concederme un deseo en este sentido, ofrecería a cada lector un mullido sillón de orejas o un sofá con manta frente a una chimenea, una buena bebida (al gusto), y una agradable música de fondo…


¿Tus historias tienen un trasfondo social? O por el contrario ¿Te gusta crear el fondo de la historia?
Escribo fantasía, algo que en apariencia parece muy alejado de la realidad social. Sin embargo, mis historias están cimentadas en una realidad que es mi propia experiencia, y que da verdadera alma y sentido a mis personajes. Creo, además, que cualquier novela, incluidas aquellas de aventuras como Los últimos años de la magia, deben procurar influir en la realidad, aunque sólo sea provocando sentimientos. Me gusta pensar que he sembrado ideas en el corazón de algunas personas que algún día germinarán dando lugar a un mundo mejor. Así que, aunque en el fondo el escritor de fantasía es un creador de mundos (yo disfruto especialmente recreando la atmósfera de mis historias), esos mundos, incluso los más fantásticos son reflejo de una realidad social, que deben criticar. En el caso particular de esta novela, yo quería zarpar de un escenario reconocible, el Londres victoriano, en el que el lector se sintiera cómodo, para, a partir de ahí, llevármelo de viaje a un universo muy diferente al cotidiano.


Tus personajes cobran vida. ¿Te llegan a influir, de alguna manera, en tu vida personal?
Sin duda hay una fuerte interacción entre ellos y yo. Todos los personajes que un escritor crea, incluidos los villanos, son de alguna manera reflejo de su propia personalidad. Tienen rasgos del autor, comparten pasajes biográficos, y a veces hasta frases… Más de una vez me he sorprendido encontrando en ellos más cosas mías de las que suponía que tendrían. Pero de la misma manera, los personajes que uno crea ponen de manifiesto, en ocasiones, ideas y formas de ser o de actuar que terminan siendo influencia para el propio autor. Uno se vuelve un poco caballero andante cuando escribe sobre caballeros andantes, o un poco mago cuando escribe sobre magos. En el momento que uno narra una escena, llega a implicarse de manera emocional con los protagonistas, de manera que termina por considerarlos casi personas reales. Se acaba entendiendo hasta las razones de los más crueles, y sintiendo clemencia hacia ellos… Y de igual forma se establecen compromisos, de amistad o de fidelidad, que  terminada una obra, te llevan a actuar de una manera u otra. Hasta tal punto es así que, cuando acabé mi primera novela (Núbilus) muchas personas me animaron a escribir una segunda parte. Y no lo hice porque consideraba el hacerlo como una traición al protagonista, el bueno de Joe “Meteoro”… Hay que leer la novela para entender por qué digo esto, pero es la verdad. Hasta ese punto un personaje puede influir en un autor…

Cubierta de Los últimos años de la mágia


¿Y después del último libro, qué proyectos hay?
Otro libro… Ojalá pueda seguir escribiendo durante muchos años. Sólo espero eso de la literatura. Ni hacerme rico, ni famoso. Sólo poder seguir escribiendo y que haya alguien siempre interesado en aquello que digo, hasta el punto de arriesgarse a publicarlo. Y, por supuesto, un público dispuesto a leerlo. Pero además de novelas (tengo un par en mente), me gusta también escribir cuentos y guiones de cómic. Hace poco escribí un cuento para un proyecto en el que colaboran muchos escritores y que tiene como nexo de unión las ilustraciones del gran Alejandro Colucci, y tengo algunas ideas para regresar al cómic… Lo que se concrete de todo esto, dependerá un poco de la suerte.


¿Qué novela de las que hay escritas te hubiese gustado escribir y por qué?
Demasiadas… Todas aquellas con las que he disfrutado en algún  momento, y han sido muchas. Haciendo un barrido así, muy general y a bote pronto, te diría que me hubiese gustado escribir El señor de los anillos (de Tolkien) o La historia interminable (de Ende) dentro de la fantasía, Dune (de Frank Herbert), Farenheit 451 (de Ray Bradbury) o Solaris (de Stanislaw Lem) por nombrar alguna obra de ciencia ficción. Pero también me hubiese gustado escribir La colmena (de Cela), Los santos inocentes (de Delibes), cualquier novela de Alatriste (de Pérez Reverte), El palacio de la luna (de Paul Auster), las novelas de Sherlock Holmes (de Arthur Conan Doyle), Vuelo nocturno (de Antoine de Saint-exupéry), 20.000 leguas de viaje submarino (de Verne), los cuentos de Borges, el Quijote (¿es necesario que diga el autor?), o Los episodios nacionales (de Galdós)… Como ves, muchas obras y muy diferentes. Y a todas ella podría añadir infinidad de cómics… Y me gustaría haberlas escrito por dos razones: la primera porque todas ellas me parecen obras de arte por lo que cuentan y la manera de contarlo, y la segunda porque, como decía, todas me han hecho disfrutar. He sido feliz leyéndolas…


¿Cómo escritor, cómo ves el panorama literario español?
Complicado. Muy complicado… Hoy en día, el 95 por ciento de los escritores (quizás más), no pueden vivir de la literatura, lo cual, además de ser muy triste, supone un gran perjuicio para el lector también. Hay una crisis que va más allá de la falta de consideración y promoción de la cultura, relacionada sobre todo con la piratería, y que está provocando el cierre de librerías y de editoriales, pero que hace también que se pierda mucho talento, una riqueza que debería ser patrimonio del país y que termina desapareciendo. Debido a la situación del mercado, cada vez se edita menos, y las editoriales (que al fin y al cabo son negocios que, lógicamente, miran por su beneficio), procuran ir a ventas más seguras, de autores consagrados o más “mediáticos”. Eso dificulta la aparición de autores jóvenes, y hace que algunas obras de escritores en otras lenguas de gran prestigio (pero quizás no tan comerciales), ni siquiera se editen en nuestro país. Y todo ello provoca un empobrecimiento cultural del que el ciudadano normal muchas veces ni es consciente. Además, se está obligando a muchos autores a autoeditarse, lo cual en ocasiones tampoco es bueno, pues esas obras, que no pasan los filtros de un corrector, por ejemplo, o de un maquetador, o de un portadista profesional, pueden llegar al lector con una calidad inferior a la que tendrían yendo abaladas por una editorial. Sin embargo, en este panorama tan oscuro, sigue habiendo luz, gente que, a pesar de todo, sigue luchando contracorriente por la literatura, gente que escribe casi por “amor al arte”, gente que de manera prácticamente altruista se dedica a organizar eventos literarios, y libreros y editores que siguen apostando por la lucha…


¿Y la situación literaria de Albacete?
Pues en Albacete hay grandes escritores, gente que vale mucho aunque no sea tan conocida. Podríamos sorprendernos si hiciéramos una búsqueda atenta. Algunos autores de toda la vida como Manuel Terrín, uno de los poetas más premiados de la historia de la literatura, o el recientemente fallecido Ramón Bello Bañón, y grandes hombres de letras como Daniel Sánchez Ortega, capaz de afrontar con maestría todos los géneros literarios (miembro de la Real Academia de la historia), conviven con voces nuevas como la de los poetas Rubén Martín Díaz, o el recientemente premiado Constantino Molina, y novelistas como Alberto Aroca. Y que me perdonen los muchos a los que olvido. Así que, en Albacete, y a pesar de todo, de la escasa promoción que se hace de los autores locales, hay vida literaria… Sin embargo, me gustaría que desde las instituciones se promocionara más la cultura y a estos autores albaceteños, que deberían ser orgullo local y que apenas son apoyados. La mayoría de ellos, ni siquiera son muy conocidos entre nosotros.


Y para terminar esta primera fase: una recomendación a los lectores, que seguro leerán esta entrevista.
Si te refieres a una recomendación literaria, me iría a un clásico: una novela maravillosa que no dejo de admirar y que todo amante de los libros debería conocer. Se trata de Farenheit 451 de Ray Bradbury. Y si nos quedamos en lo que he leído recientemente, algo de un autor español, aunque de un género muy distinto a mi libro, recomendaría Donde aúllan las colinas, de Francisco Narla. Es un libro corto, pero una auténtica maravilla.
Si te refieres a una recomendación a secas, y teniendo claro que no soy quien para recomendar casi nada, sí que me atrevería a pedirles que se acercaran a la literatura de autores menos conocidos con la mente abierta. Que buscaran y probaran otras voces y que intentaran valorarlas por lo que contienen.


En esta segunda parte de la entrevista, me gustaría tocar el plano personal, para que te conozcan un poco más tus lectores.


¿Cuándo y dónde escribes?
Cuando estoy en casa, escribo siempre en mi biblioteca. Paso casi todas las tardes allí, ya que al ser docente, tengo libres la mayoría. Dedico unas tres o cuatro horas diarias a la literatura, ya sea escribiendo, documentándome, atendiendo medios o leyendo… Si no estoy en casa, procuro buscarme un sitio acogedor, tranquilo y a ser posible con buenas vistas. Me parece una maravilla, por ejemplo, poder escribir junto al mar, pero ya digo que mi rutina se centra en mi biblioteca. Es mi refugio.


¿Tienes manías a la hora de escribir, como algunos escritores?
Pocas. Lo único que es imprescindible para mí, mientras escribo, es la música. Elijo casi siempre música instrumental, sobre todo Vangelis que me transmite mucha paz, y bandas sonoras de todo tipo. Por lo demás, intento que no haya mucho ruido, aunque siempre me gusta escuchar a mis hijos a mi alrededor.

Cubierta de Núbilus


¿Existe el folio en blanco?
Sí, claro… Y es un mal socio. A veces hay que luchar mucho contra él, porque se resiste a dejarse manchar con tus ideas, pero en general he de decir que no suele ser muy duro conmigo. Me cuesta poco ponerme a escribir, y una vez caliento, entro en una especie de trance en el que las palabras parecen fluir solas…


¿Qué le pedirías a una editorial?
Le pediría confianza en mis palabras, lo que he pedido hasta ahora, y respeto. Muchas veces he recibido rechazos editoriales en los que se alababa lo que les mandaba pero en los que se traslucía una falta de confianza en mí por el único hecho de ser un escritor desconocido (ya no puedo decir joven). Es una pena que en ocasiones no se apueste más por la literatura y se apueste, en cambio, por los nombres, pero como decía antes, entiendo que las editoriales son negocios y respeto que no se atrevan arriesgar. En ese sentido he tenido mucha suerte con el Premio Minotauro y con la editorial, porque, además de jugársela con mi novela (siendo, como digo, autor todavía sin nombre y desde luego sin apellido), me han tratado de forma exquisita. Han creído en Los últimos años de la magia, en mi historia, y han trabajado por ella demostrando fe y confianza. Han hecho un gran trabajo desde el primero hasta el último (no hay que ver más que la edición), y exceptuando alguno menor, no me han pedido cambios en el texto. Ojalá todos los escritores fueran igual tratados.


¿Prefieres ser publicado o autopublicado?
Creo que ya lo he señalado más arriba. Sin duda prefiero ser publicado. Aunque me he planteado hacerlo alguna vez, no me autopublicado nunca, y siendo una opción que respeto y que está ahí, por ahora prefiero que haya profesionales que se ocupen de hacer esos trabajos para los que yo no estoy capacitado. Yo soy escritor, y me gusta que tras el libro haya un portadista profesional (o un equipo de arte), unos correctores, maquetadores, un equipo dedicado a la promoción… En fin, gente trabajando al unísono para cubrir mis carencias. Además, cuando hay una editorial como Minotauro detrás de una novela, tienes la garantía de que muchos lectores se acercarán a ella por el simple hecho de ser presentada por gente que viene sacando libros de calidad desde hace tiempo. También sabes que la distribución será mucho mejor y que llegará a más gente. Del tema económico no puedo hablar. No sé si será más rentable autoeditarse o ceder tu novela a una editorial, pero como para mí nunca ha sido primordial, prefiero que me editen. Además, al estar en una editorial, estás sometido a un proceso de crítica constante que es muy positivo para el escritor y su obra. La autocomplacencia no es buena.


Eres un escritor de novela fantástica ¿Te has planteado escribir de otra forma?
Aunque escribiera otros géneros (imagino que te refieres a eso), no creo que escribiera de otra forma. Mi manera de contar es la que es, y dudo que cambiara demasiado. Trato de mejorar con cada capítulo, casi con cada frase, pero hay una voz en cada escritor que es difícil de falsear. Y si a lo que te refieres es si escribiría otros géneros, la respuesta es sí. Yo lo que quiero es contar historias, del tipo que sean. He escrito fantasía porque me encanta y me siento cómodo en ella, pero tengo en mente varias historias y alguna de ellas es de corte totalmente realista… Espero que algún día llegue su momento y estas historias salgan a la luz, aunque por ahora, el mundo editorial requiere de mí más fantasía y yo procuraré dársela gustoso.


¿A tu juicio, que debe tener un libro para que enganche al lector?
Debe estar contado con el alma. Me gusta pensar que cuando escribo siento a mis lectores frente a mí, y que, tras charlar un poco, en confianza, empiezo a contarles un cuento... Trato de que el lector establezca un lazo afectivo, de confianza y afecto conmigo. Y luego, intento que toda novela que escribo apele a los sentimientos. Una buena trama es importante. Creo que cada capítulo debe dejar al lector con ganas de saber. Creo que los personajes deben hundir sus raíces en la realidad, y creo que es bueno contar historias que sorprendan en algún momento, pero por encima de todo, un libro debe tratar temas que rocen el alma del lector: la muerte y la vida, el amor en todas sus versiones…Y debe hacerlo  provocando sentimientos. Sólo así el lector quedará atrapado en tu trampa de palabras.


¿Cuáles son en tu opinión, los tres libros que no deben faltar en una biblioteca?
El Quijote, El señor de los anillos y Farenheit 451… Ah, y Los últimos años de la magia. ¿Eran tres o cuatro?




Pues hasta aquí la entrevista que hemos mantenido con la escritor y polifacético José Antonio Fideu. Muchas gracias por habernos dedicado estos minutos y esperamos que sirvan para tus lectores te conozcan mejor. Muchos éxitos con tus novelas, dibujos, comics, guiones…


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