> Miguel Garví, escritor: DE LA IMPROVISACION, AL DESASTRE

viernes, 20 de enero de 2017

DE LA IMPROVISACION, AL DESASTRE



Sí, tal cual como suena y con mayúsculas. DE LA IMPROVISACION, AL DESASTRE Y SIN PEDIR PERDON. Esta es, de nuevo, la España más profunda, la España de los mediocres que nos gobiernan. No es descubrir nada nuevo sobre la ineptitud de la mayoría de nuestros políticos, viene de tiempos lejanos. Personajes que medran en la política, para sonrojo de propios y extraños, menos ellos. Profesionales de la política, algunos llevan toda la vida en ella y les va bien, que digo bien, muy bien y no piensan dejarla, ni tan siquiera cuando les llegue la jubilación y con la pensión máxima, que ellos, por cierto, si cobrarán.

Ayer nevó sobre Albacete, algo que no debería ser extraño, ni comportar una noticia. Los más jóvenes disfrutaron de la nieve, muchos hicieron centenares de fotos. Pero tras esa alegría y jolgorio llegaron los problemas. La ciudad de Albacete se convirtió en un caos circulatorio. Los accesos a los polígonos industriales volvieron a ser ratoneras, y no es la primera vez que ocurre, y tampoco será la última. Hubo hasta pequeños cortes de electricidad. La estación de ferrocarril, esa preciosa y moderna estación se convirtió en refugio de miles de pasajeros que vieron truncados sus viajes por unos fallos eléctricos en las catenarias. A estas altura del siglo XXI que sigan pasando estas cosas.
Hoy la ciudad no estaba mejor. Nadie se ocupó en esparcir sal, a pesar de que había varias toneladas guardadas. Dicen los políticos que sí, yo desde luego no la he visto y la mayoría de los ciudadanos tampoco la vieron. Alguno. Incluso, hace un chiste “Había menos sal que en el salero de mi casa”. Las aceras no se han limpiado y algunas calles peatonales y de mucho uso, tampoco. Por ejemplo, la calle Zapateros, lugar de paso hacia el centro de la ciudad y con un colegio y el Conservatorio profesional de música. Luego había cosas curiosas, la calle de la Feria y a su paso por la Delegación de la Junta, si había recibido la visita de una quitanieves. Curioso realmente.

Pero la peor parte se la llevaría Almansa, localidad a mitad de camino entre Albacete y Alicante. De nuevo la improvisación hizo que quedaran atrapados en la autovía A31 miles de personas, simplemente se cerró por la nevada. Había previsión y avisos de la AEMET, pero cuando alguien se quiso dar cuenta, ya era tarde. Un tren quedó varado y sin luz, lleno de pasajeros. La excusa del político de turno: “nevó el triple de lo previsto”. Siempre excusas, pero ninguna dimisión. Al final tuvo que intervenir la UME y rescatar a todas estas personas y poner algo de cordura en este caos. ¡Gracias y felicitaciones a estos soldados!


Está claro que alguien no hizo, o lo hizo mal, su trabajo y las consecuencias las sufrimos todos los españolitos de a pie, precisamente esos que los votamos y que, incomprensiblemente, los volveremos a votar.   ¡Cosa curiosa, realmente!

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